sábado, 24 de agosto de 2013

Es que no le entendí bien…




- ¡Mi general, estamos evacuando Piedras Negras!
- ¿Pos qué comieron?


El humor por medio de equívocos nos ha dado esa forma famosa que en México llamamos “albur”, pero aunque algunos sólo conozcan a  Chaf y Queli y películas como la Pulquería, la verdad es que los juegos de palabras - que existen en todos los idiomas - tienen un origen un poco menos prosaico, y de hecho llegó a ser pasatiempo de gente más bien culta. 

 “Calambur” es el juego de palabras que usa las cualidades de homonimia, paronimia y polisemia para crear equívocos. Y claro que dicho de esta manera como profesor de la Real Academia, nos imaginamos más a Cervantes que a Polo Polo, pero el principio es el mismo: diferentes casos de palabras que se pronuncian igual pero que tienen diferentes significados, o bien palabras con más de un significado. 

Los calambures tienen mucho tiempo de ser usados en adivinanzas orales, que dependen de la asociación de dos palabras para crear un sentido que no es inmediatemente aparente: por ejemplo  “Oro no es, plata no es” (plátano es).  En el caso de la polisemia, como en el del chiste de arriba del general, es usando más de un significado de la misma palabra.

El calambur más famoso de la historia es del s. XVII,  que se le atribuye a nada menos que Francisco de Quevedo. Cuenta la leyenda que Mariana de Austria, la esposa de Felipe IV, era coja y le disgustaba cualquier mención a su condición. Y los amigos de Quevedo, que eran de lo peor, le habían apostado a que no era capaz de decir el insulto frente a la misma reina. Quevedo, que era un maestro del idioma y más infame que sus amigos, aceptó el reto. De modo que tomó un clavel y una rosa y se los ofreció a la reina, diciendo:

“Entre el clavel blanco y la rosa roja, Su Majestad escoja.”

 

Quevedo, troll del s. XVII, y primer hipster

Aquí hay otros ejemplos de calambures y equívocos, todos ‘SFW’:


- Oiga, le estoy dando razones convincentes, y usted me responde con absurdos.
- ¡Pues usted, Vicente, y el Zurdo se pueden ir a la …!

* * *

Había una casa en el pueblo, cuya familia tenía tres hijas en edad de casarse: Eduviges, Cleotilde y Pantaleona. Las hijas no salían mucho porque el papá era muy estricto, así que poca gente las conocía bien pero se decía que eran muy bellas. Un día llegó un  joven forastero al pueblo y enterándose de la reputación de las jóvenes, quiso ir a la famosa casa para cortejar a alguna de las damitas. Pero después de preguntar a la sirvienta, salió corriendo. El padre se enteró de esto y enojado, quiso saber por qué un hombre podría desairar a sus hijas, así que le preguntó a la sirvienta sobre su entrevista.

- ¿Qué te dijo ese hombre?
- Pues que quería conocer a las niñas.
- ¿Nada más?
- Pues me preguntó que quién era la más bonita de las tres.
- ¿Y qué le dijiste?
- Pues le dije, ¡aquí, la más bonita es Panta!

* * *

Un hombre estaba leyendo la vida de un santo varón, pero como no sabía leer muy bien, y no sabía mucho de puntuación y ortografía, no le pareció tan digna de admiración su conducta. ¿Por qué? Bueno, pues en el libro aparecía la siguiente descripición:

   “Comía como vestía. Dormía sobre una vieja estera. La vida del santo…”

Sin embargo, al leer eso, más bien interpretó:

   “Comía como bestia. Dormía sobre una vieja. Estera la vida del santo…”

* * *

Llega un hombre a un bar, y el solícito cantinero empieza el diálogo:

- Usté me dirá.
- ¿Yo? Mediré… como uno setenta.
- ¿Eh? No, no. ¿Qué va a ser?
- Hombre, yo quiero ser abogado.
- No, no. Que qué le pongo al señor.
- Mira, al Señor ponle una veladora. Pero a ver si te dejas de preguntar cosas raras y me das una cerveza.



Para ver otro tipo de equívoco, un poco más trágico, vea la historia del Geólogo desafortunado. Vea algunos de los resultados de quedarse “perdido en la traducción”, o bien vea los esfuerzos infructuosos de algunos que han querido cuidar sus pertenencias, sin hacerse entender bien.



VIDEO DEL DÍA


Vamos a ponernos absurdos. El internet y la tecnología van a una velocidad vertiginosa, y realmente apenas tenemos tiempo de asimilar las cosas que salen todos los días. Hoy en día cualquiera con una computadora puede hacer videos de calidad profesional, así que muchos ni nos acordamos que hace sólo 12 años, lo máximo era hacer animaciones en Flash, un punto por arriba de las caricaturas de Clutch Cargo en los sesentas. Suzukisan es una de esas animaciones, llamada más bien “Animutación”. Siguiendo con el tema de los equívocos, el autor del video tomó una canción japonesa de 1998 que se llama Torikaekko Please  (Intercambiemos por favor), que es una sátira de las canciones románticas, en donde los enamorados aquí intercambian juegos de video y pokemones; y la “tradujo” al inglés, poniendo lo que más o menos él escuchaba, por supuesto sin saber japonés. Y encima de todo eso hizo la siguiente creación gráfica:



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