sábado, 29 de noviembre de 2014

Los Tiempos Secuestrados


How to Learn German


Es una conspiración, digo yo. Una conspiración de los hombres de gris, esos ladrones del tiempo que persiguen a Momo. Y si no, acepto explicaciones alternativas.
Esta es la cosa: podemos saber mucho de ciertas película, con ta sólo ver su título. Y antes de que mis lectores me digan que esa es la obviedad más infame que han escuchado en todo el mes, les recuerdo que hay películas con títulos como Un Perro Andaluz, que no nos dicen nada, y que de hecho no incluyen perros ni andaluces. Los conocedores de cine me dirán que ese es un ejemplo muy extremo porque es una película surrealista, pero pasa todo el tiempo: sabiendo el título Let the Right One In no nos imaginamos inmediatamente vampiros (Oops. Spoilers!) y viendo el título There Will Be Blood quizá sí nos imaginamos vampiros, cuando en realidad son fulanos peleando por petróleo. Y por malteadas. Algo así. Estaba medio dormido cuando la vi.
Pero aquí, en específico, me refiero a un tipo de película muy especial: el que incluye una medida de tiempo en su título. Hay algo raro en eso, y vamos a investigar uno por uno:

“La Hora de…”

Si el título dice “Hora”, va a pasar algo dramático en cierto momento. Va a haber balazos o algún tipo de confrontación, emoción y/o fuertes porrazos.


En el caso de Hour of the Gun  (1967) son balazos;  y en la surrealista Hour of the Wolf  (1968) es un fulano que se vuelve loco. Pero un título de película que empieza con “Hour of…” rara vez va a ser una comedia. La misma frase que nos dice que “es la hora de…” ya presenta algo ominoso y amenazador. Salem’s Lot (1979) de Stephen King, es una historia genial de vampiros, y fue muy atinadamente traducida como "La Hora del Vampiro", porque “El Lote de Salem” sonaba más bien a un lugar donde un mago retirado vende carros usados.  “Es la hora de Juan Pestañas”, por supuesto, también existe o existió, pero esa era dominical y realmente, ¿quién veía eso? Estaba malísimo.

“El Día de…”

Es el mismo caso de la Hora: pero aquí es frecuentemente una catástrofe mucho mayor la que va a pasar ese día, no nada más una confrontación local:
 
En Day of the Triffids  (1963) hay una invasión ¡que puede acabar con la humanidad! Um, bueno, si la humanidad no hubiera aprendido a correr, o a hacer jardinería ni pesticidas, porque los monstruos son flores que caminan. Y no caminan tampoco tan rápido. Pero al cine va uno a olvidarse de la realidad, así que hay que aceptar que son mortales: mire lo aterrorizada que está la chica. Y en Day of the Jackal (1973) hay un atentado contra el presidente de Francia. Que no es tan malo como la invasión de flores, pero también es dramático.


¡Ah, aquí ya estamos hablando de lo que realmente es un buen “Día de…”! El mundo entero se va a acabar: en el caso de The Day the Earth Stood Still (1951) debido a extraterrestres criticones, y en Day of the Dead  (1985) por zombies. Pero los días no sólo son buenos para los desastres…

“La Noche de…”

¡La noche también! Y en particular para dos tipos de cosas terribles:


Primeramente, los sicópatas y asesinos tienen su noche, como el maniático en Night of the Hunter (1955) que intenta destruir a una familia para encontrar un dinero escondido; o la trágica historia de un asesino que es perseguido por décadas, en The Night of the Generals  (1967).


Y claro, que las invasiones de monstruos también deben de programarse de noche para máximo efecto. Night of the Living Dead  (1968) es de zombies, que la verdad no tienen horario para andar comiendo cerebros; y Night of the Lepus  (1972) es la terrible y espantosa invasión de un tranquilo pueblo, por… eh… bueno, son conejos gigantes.Ver "olvidarse de la realidad", más arriba.

“El Año de…”

Si nos vamos a un periodo tan largo, ya no son desastres. Un desastre no puede durar tanto sin perder su dramatismo, así que cuando vemos Año en el título, sí que va a haber drama, pero no urgencia.


The Year of Living Dangerously (1982) sigue las aventuras de Mad Max y de la Teniente Ripley conociéndose y enamorándose en Indonesia, con algún vago peligro siempre a su alrededor, como les pasa siempre a protagonistas blancos viviendo en países exóticos. Y Year of the Fish (2007) es una cenicienta moderna que se encuentra un pescado mágico. O sea que a medida que el periodo de tiempo se alarga, nos alejamos de los trancazos y de salvar el mundo, para adentrarnos en territorio de novela rosa.

Pero he aquí mi duda: ¿Quién nos robó las semanas y los meses? Y ya que estamos en eso, ¿quién le robó el mes de abril a Joaquín Sabina, y el queso a unos fulanos que viven en un laberinto distópico junto con ratones? ¡Sálganse del laberinto en lugar de andar buscando más queso! ¡Les han lavado el cerebro! ¡Big Brother sólo quiere que se adapten a todo lo que él quieraaaaaaa!

Ahem.
Me salí del tema por unos momentos
Pero volviendo: las preguntas que planteo no tienen respuesta. ¿Por qué no hay películas cuyo título empiece con “La Semana de…”,  ó “El Mes que…”? ¿Qué nos están ocultando? ¿Hay una guerra semántica contra las semanas y los meses? ¿Es una programación subliminal para que sólo podamos enfocarnos ya sea en lo urgente o en lo intrascendente, y para que no podamos visualizar el corto plazo en el que realmente realizamos los pequeños cambios significativos de la vida?
¿Los hombres grises son los amos de Hollywood???
Hay de repente películas que mencionan meses:


…pero no tienen la frecuencia ni el estatus de Horas, Días y Noches, ni Años. ¿Y las Semanas? Nadie habla de ellas. Son las crono-parias de los títulos de películas. Cuando aparecen, son para mostrar desviaciones y obsesiones, y ¡mirad! aún cuando aparecen, nunca indican siete días, sino periodos más largos de tiempo, como Nueve Semanas y Media; ó 28 Semanas Después. Los Fines de Semana, esos sí, son graciosos y festivos, ¿pero las Semanas? Nadie las quiere, están siendo olvidadas… ¿dónde están? 
Nadie lo sabe. Ni el mismo Google. Han sido secuestradas. Silenciadas. Nadie habla de un periodo de siete días, como si los dioses griegos y nórdicos hubieran aportado sus nobles nombres en vano.
Exigimos una explicación.

Hollywood: si estás leyendo esto, aquí tengo un guión que se llama “La Semana en la que Todo Mundo Olvidó Su Nombre”, con Margot Robbie, Jason Momoa y Dwayne Johnson.
 
Te reto.



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